Mañana celebramos el aniversario de mi sobrino Àlex y he querido sorprenderlo con unas galletas del personaje de dibujos más famoso en estos momentos entre los chiquillos (o mainada, que se dice en catalán): Bob Esponja.
No tenía el molde apropiado así que he impreso una foto de Bob Esponja y he recortado una plantilla sobre una bandeja de aluminio de las de usar y tirar (véase imagen inferior).
Para la masa de las galletas seguí las instrucciones de Sugar Mur, para la glasa seguí los consejos de El rincón de Bea.
Aún tengo muchííííísimo que aprender sobre la decoración de galletas. Lo hago sin biberones ni mangas ni boquillas- ¡Ale, pá chula yo!. Extiendo la glasa con un palito de brocheta.
Primero, ño que se suele hacer es dibujar el perfil, esperar a que se seque y luego rellenarlo. Pero también me salté ese paso y por eso el acabado no es tan fino.
No tengo los colorantes «profesionales», esos que son en polvo y con los que consigues un color más acertado. Tengo los típicos colorantes líquidos que se pueden encontrar en cualquier súper y que hacen que la glasa quede un poco más líquida, si te pasas con las gotas de colorantes.
Como veis tengo que equiparme con algunas cosillas como los colorantes en polvo, los bolígrafos de tinta comestible, las bolsas o mangas con sus boquillas de pastelería, etc. Quizá a la tercera, es decir, la próxima vez que haga galletinas de estas, compre todo lo que necesita o quizá alguien me lo haya regalado. MENSAJE SUBLIMINAL por si alguien lo lee: ¡que se acercan los Reyes! 😉
Sin embargo, creo que en mi caso el mayor problema no es el logístico. Para hacer estas galletas se requiere tener paciencia, esperar a que las capas se vayan secando, etc. Héte aquí uno de mis mayores y mucho defectos: I have no patience at all!
Aún así, he descubierto que decorar galletitas me gusta. Echas a volar un poquito tu imaginación, pasas unas horas superdistraída, ilusionada con el resultado y pensando en si hará gracia a los sobrinos. El tiempo pasa volando, se te junta el desayuno con la comida, te concentras, no te hace falta ni tele ni radio. Supongo que los artistas de alguna manera deben sentirse así en pleno proceso creativo.
La próxima vez quizá me atreva con el fondant, que parece que es más resultón.
Aquí unas fotos de las galletinas que me salieron: